En el equipo se lo señala a este jugador como uno de los futbolistas más completos, junto con el colo.
En su Cipolletti natal se lo recuerda porque no hubo partido de fútbol donde Guido no haya estado presente, aunque se dice que alcanzó su máximo esplendor cuando comenzó a vestir la azul y roja.
Desde su puesto de enganche realiza la doble función de armador y ejecutor, debido a su extrema habilidad en el medio juego. Su exitosa performance contribuye en buena medida para que la marca de joggo bonito del Indio se haga presente en cada partido.
Se le entrega tanta confianza a este jugador, que casi invariablemente sus compañeros le entregan la pelota y esperan que genere toda la estrategia ofensiva.
Con su fútbol ha llenado páginas brillantes en la riquísima historia del fútbol indiobobbeano.
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